Este año vamos a realizar un proyecto muy bonito que nos ha encantado a todas las componentes del Grupo Maseras. Cada mes te vamos a hablar de un escritor diferente y te vamos a contar cosas sobre él o ella.
En esta ocasión vamos a hablar de
Asimov. Como lectora de todo tipo de libros, siempre me ha gustado leer en función del estado de ánimo que tenía, descubrí a Asimov tarde. Nunca me había llamado la atención la ciencia ficción, pensaba que eran cuentos para niños sobre robots y nuevos planetas. Sin embargo, un amigo insistió en que me leyera un libro de Asimov. Así que me prestó uno,
Yo robot.
Conocí las Tres Leyes de la Robótica:
- Un robot no debe dañar a un ser humano ni, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño alguno.
- Un robot debe obedecer las órdenes que le son dadas por lo seres humanos, excepto cuando estas órdenes se oponen a la Primera Ley.
- Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la Primera Ley o la Segunda.
Y me enganché a Asimov o a la ciencia ficción.
Fundación
Para mí fue un punto de inflexión en cuanto a las ideas que tenía sobre la ciencia ficción. Ya no era solo una diversión para niños que hablan de cómo conquistar otros planetas. Según una entrevista que se le realizó a Asimov: “la ciencia ficción ilumina la condición humana con un sistema particular de pensamiento” Y efectivamente, después de este libro me fui corriendo a comprarme la
Trilogía de la Fundación: Fundación, Fundación e Imperio y Segunda Fundación -si alguno quiere comenzar a leer a este autor la
Trilogía de la Fundación es una obra maravillosa-.
Asimov tiene una de las
bibliografías en ciencia ficción más extensa. De hecho, ha escrito algunos libros que han significado una revolución, una leyenda, dentro de su área. Sus libros se centran en la creación de nuevos mundos, el descubrimiento de nuevos planetas, la producción de nuevos sistemas robóticos que ayudan a la humanidad, aunque en algún momento se subleven. Destaca su interés por la divulgación científica y su posición no en contra de la religión, sino de la superstición y deja claro en todo momento sus ideas en materia de política y con respecto a la guerra. Entre sus libros destaca la saga de la
Fundación, por la que recibió el
premio Víctor Hugo a la mejor publicación de ciencia ficción de todos los tiempos.
Fundación no es solo un libro sobre cómo los hombres vamos a destruir nuestra forma de vida, es también un libro sobre sociología, psicología e historia. Mediante la creación de un imperio que está disperso por toda la galaxia, surge la Fundación en un extremo, creada por un psicohistoriador. Los psicohistoriadores realizan predicciones basadas en el estudio matemático de la historia, con esta forma de pensar construyen una nueva sociedad, en un nuevo planeta. Una nueva oportunidad para comenzar y aprender de los errores de anteriores sociedades, pero nos demuestra como el poder y la ambición se repiten con el paso del tiempo.
Asimov y las predicciones de futuro
La ciencia ficción es un género de literatura fantástica que especula sobre los hechos que van a acontecer en un futuro, basado en el campo de la ciencias físicas, naturales o sociales. Asimov era un humanista y racionalista que tenía un pensamiento muy avanzado y progresista con respecto a la política, religión y la sociedad. De hecho, le realizaron una entrevista en 1983 por el periódico
The Star de Toronto –
en este enlace puedes leerla– en el que deja claro su idea sobre cómo sería el mundo en 2019 y no está muy lejos de la realidad. Fundamentó sus argumentos en dos conceptos: la informatización y la utilización del espacio si no nos destruíamos antes.
Para 2019, Asimov, esperaba que las naciones se llevaran los suficientemente bien como para no haber destruido el planeta tal y como lo conocemos por dos temas: la polución y las guerras. Los efectos de la polución sobre la atmósfera no solo afectan a un país, sino a todo el planeta. Para poder encontrar una solución hay que trabajar en conjunto. Al igual que con las guerras que las considera irracionales y con consecuencias catastróficas si no paramos y cooperamos.
Esperaba que para cuando estos detalles se hubieran solventado, como la creación de espacios comunes de cooperación, hubiera avances muy positivos. La instalación de las computadoras (como él lo define) no tendría marcha atrás, se instalarían en nuestras oficinas y en nuestras casas volviéndose imprescindible. Se produciría una nueva revolución al estilo que significó la revolución industrial. Se destruirían empleos y se crearían nuevos, desaparecerían los trabajos de rutina o de montaje. Esto implicaría un gran cambio en materia educativa para conseguir adaptarse. Sin embargo, en esta ocasión los cambios serían rápidos por lo que habría que estar preparado. Para 2019, la transición debería estar por acabar y los que no se hubieran adaptado serían retirados. En cualquier caso, la generación de la transición desaparecería y crecería otra que haya nacido y haya sido educada en el nuevo mundo. Es muy probable que la población que haya entrado en ese momento ya pueda mejorar la sociedad. ¿Todo esto os suena de algo?
Con estos extractos de la entrevista
¿no crees que además de ser un gran escritor ha sido un gran pensador?